Sobre la génesis de un sueño
¿Fue Bélgica, aquilla beca, el trabajo, la tesis sobre Schiller?
¿Fue el recuerdo de calles empapadas en veranos porteños?
¿Fue la cascada artificial del restaurant de Boedo al que me negué a entrar casi llorando?
¿Los taxis empapados de Happy Together?
¿La lluvia en la madrugada del puerto de V.al.p?
No. Quizás fue saber con certeza que hay un lugar en el mundo, uno solo, en el que flotan las manos.
(¿Tres semanas?)